Dr. Frederic Mallol y Mirón
Secretario General del COMT
Este año es año de celebraciones. Al 120 aniversario de la creación del Colegio de Médicos de Tarragona tenemos que añadir el 20 aniversario de la creación del Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt(PAIMM). Una de las misiones primordiales de los Colegios de Médicos es ayudar a los profesionales para que estén en las óptimas condiciones físicas y mentales para ejercer la medicina correctamente sin poner en riesgo la salud de sus pacientes.
Cuando hablamos de un “Médico enfermo” hacemos referencia al médico que puede verse afectada negativamente su práctica profesional por problemas psíquicos y/o conductas adictivas (al alcohol o a otras drogas, incluidos los psicofármacos). Según diversos estudios, aproximadamente el 12% de los médicos desarrollarán a lo largo de su vida profesional (estimada en unos 40 años de ejercicio) alguna patología mental y/o adictiva.
Las consecuencias de este fenómeno son importantes ya que un médico enfermo puede desarrollar una mala praxis y, por tanto, se podrá ver afectada la calidad del acto médico así como la salud de sus pacientes. Además, hay una corresponsabilidad compartida entre los colegios de médicos, la administración pública y los gestores sanitarios. Esto es así porque, en nuestro país, la colegiación es obligatoria y, por tanto, los colegios son los responsables de la regulación y del control del ejercicio profesional y, en consecuencia, les corresponde adoptar medidas para solucionar el problema de los médicos enfermos. Y sobre la administración y los gestores sanitarios recae la responsabilidad de ayudar en la búsqueda de encontrar estas soluciones ya que sobre ellos recae la función de salvaguardar la calidad de los servicios sanitarios.Los médicos enfermos suponen un riesgo para la salud de sus pacientes y son, además, son causa de innumerables problemas en su entorno familiar y laboral.
La singularidad de este problema radica en dos aspectos. En primer lugar, el médico enfermo no suele comportarse como la mayoría de sus pacientes ni suele seguir las pautas que recomienda él como terapeuta: le cuesta pedir ayuda y a menudo responde con autodiagnóstico y autoprescripción; además, suele mantener una actitud de negación o minimización de su problema y de conmiseración o ocultación cuando el afectado es un colega. El segundo aspecto, consecuencia de lo anterior, tiene que ver con la praxis profesional del médico enfermo, que se puede ver comprometida y convertirse en un riesgo para sus pacientes. Asimismo, y al contrario de lo que suelen hacer con sus pacientes, a menudo los médicos tienen una actitud profesional inadecuada cuando el paciente es un colega.
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En la década de los 90 del siglo pasado, algunos miembros de la Junta del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), y sobre todo el Dr. Jaume Padrós (actual Presidente del COMB) se preguntó ¿qué hacer con los médicos que sufrían algún trastorno mental y/o alguna adicción? ¿Cómo los podría ayudar el colegio?, ¿qué se debería hacer para curarlos, rehabilitarlos y recuperarlos para la práctica clínica? En Europa, con excepción de algunas investigaciones y trabajos notables en el Reino Unido y en Noruega y algún programa de autoayuda, no se generó ninguna iniciativa asistencial específica de este tipo hasta la puesta en marcha en 1998 del PAIMM (Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt) por parte del (COMB) y el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC), con la colaboración del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.
Ante estas realidad había que hacer un cambio ético-deontológico; la Asamblea de Médicos de Cataluña -convocada expresamente para debatir y aprobar el nuevo Código de Deontología el año 1997- se mostró unánimemente favorable a introducir dos artículos que constituyeron la base conceptual e ideológica del PAIME: el Arte 101: El médico que se sepa enfermo, que sea conocedor que puede transmitir alguna enfermedad o que se vea con dificultades para ejercer con plena eficacia su profesión, tiene el deber de consultar otro u otros colegas para que valoren su capacidad profesional y seguir las indicaciones que le sean dadas y el Art 102: el médico que sepa que otro médico, por sus condiciones de salud, hábitos o posibilidad de contagio, puede perjudicar a los pacientes, tiene el deber, con la obligada discreción, comunicar quien le puede aconsejar la mejor actuación, e igualmente tiene el deber de poner en conocimiento del Colegio de Médicos. El bien de los pacientes debe ser siempre prioritario.
Estos cambios en el Código de Deontología Catalán se transmitieron a los Estatutos Colegiales y así, concretamente en cuanto al Colegio de Médicos de Tarragona (COMT), en su art. 50 (Deberes de los médicos), expresa como obligación “Abstenerse de ejercer la profesión cuando existan alteraciones orgánicas, psíquicas o hábitos tóxicos que impidan un correcto ejercicio, y comunicar al Colegio su posible situación de discapacidad, comprometiéndose al seguimiento de las recomendaciones que la Corporación efectúe “.
En el Título IX y en el Capítulo Primero (la vigilancia y el control del ejercicio profesional), el art. 78: Objeto, se manifiesta que “La vigilancia y el control preventivo de la práctica médica tienen por objeto: a) La garantía de la adecuada práctica médica cuando haya indicios de falta de necesaria plena capacidad y/o competencia para su normal desarrollo , con riesgo para la salud de otros o del mismo colegiado. b) Conformación de la conciencia de los profesionales respecto a cómo responsabilizarse de los problemas de salud que ellos mismos pueden sufrir y los concretos deberes que toda profesión debe asumir, dada la trascendencia social de la práctica médica. c) El fortalecimiento de estructuras de apoyo a los profesionales que puedan verse afectados en su práctica profesional por problemas de salud física y/o psíquica, con el desarrollo de programas de ayuda al médico enfermo ajustado a sus necesidades “.
Y en el arte. 79: Finalidad y clases, aparece “1. Las medidas preventivas de control, que no tienen carácter de sanción, velan cautelarmente por el desarrollo de la práctica médica en condiciones adecuadas a los criterios científicos establecidos, a la deontología médica o, en general, a la normativa profesional. 2. Estas medidas podrán consistir en requerir al médico de abstenerse de realizar determinadas actividades, técnicas o procedimientos profesionales, de someterse a un reciclaje formativo específico, de mejorar el utillaje, las instalaciones o los protocolos empleados, de cesar en un determinado tipo de publicidad, o cualquier otra proporcionada e idónea a la finalidad a alcanzar “.
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Para poder llevar a cabo el programa de una forma correcta era necesario crear una estructura organizativa que la cobijase. Es así como el año 2001 fue creada la Fundación Galatea por el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña, a raíz de la experiencia del Programa d’Atenció al Metge Malalt(PAIMM), para poder velar por la salud y bienestar de todos los profesionales de la salud. Actualmente, la Fundación Galatea desarrolla diferentes programas de ayuda a los profesionales de la sanidad enfermos de las áreas de la medicina (PAIMM), enfermería (RETORNO), veterinaria (ASSIS), farmacia (ITACA), psicología (PSYQUE), odontología (APOL·LÒNIA), trabajadores sociales (SOPORTES) y fisioterapeutas (AFÍ) y consecuentemente garantizar una mejor calidad asistencial a los ciudadanos.
Como centro asistencial y de internamiento de los enfermos se creó la Clínica Galatea, en Barcelona. Es un centro de desintoxicación y tratamiento de adicciones y trastornos mentales especializado rehabilitar los profesionales de la salud que sufren problemas de adiciones y/o trastornos mentales que puedan reincorporarse a la profesión y vuelvan a disfrutar de una vida plena, equilibrada y saludable.
Desde su creación, los aspectos que definen la filosofía del PAIME han sido: en primer lugar, su carácter no punitivo (no persecutorio) excepto en los casos de alto riesgo; en segundo lugar, que el acceso al programa debía ser voluntario; en tercer lugar, la absoluta confidencialidad respecto a la identidad de los pacientes; y en cuarto lugar, su finalidad preventiva y de promoción de la rehabilitación. Estos cuatro aspectos son específicos del PAIME y son lo que lo hacen totalmente diferente a modelos que existen en otros países (sobre todo del ámbito anglosajón) en los que su intervención se centra sólo sobre conductas adictivas y tiene un carácter más persecutorio, sin poner casi ningún interés en la rehabilitación de los médicos afectados.
El PAIMM es un modelo no punitivo de asistencia a los médicos que sufren un trastorno mental y / o conducta adictiva al alcohol u otras drogas y que se plantea con el objetivo de la rehabilitación personal y profesional. Asimismo, tiene la finalidad de prevenir errores y mala praxis. Se caracteriza por ofrecer una asistencia sanitaria directa, específica y en régimen de estricta confidencialidad, complementada con otras prestaciones colegiales como atención personal, asesoramiento legal, formación complementaria y prestaciones sociales.
El Programa cuenta con dos áreas de intervención: una asistencial, que prestan profesionales de la Clínica Galatea, en Barcelona, formados por psiquiatras, psicólogos, personal de enfermería y trabajadores sociales y otra colegial. Esta segunda engloba procedimientos deontológicos y jurídicos para dar cobertura a todos los procesos del Programa, especialmente en los casos de médicos con riesgo de mala praxis.
Todos los médicos colegiados y en activo que sufran una enfermedad mental y/o una conducta adictiva pueden acceder al programa. Las vías de acceso al programa son varias:
· ¿Qué hacer si yo tengo el problema? En primer lugar, marcar este número de teléfono: 93 567 88 56. Se pondrá en contacto con la Unidad de Acogida del Programa, se le atenderá confidencialmente y se le ofrecerá toda la información necesaria.
· ¿Qué hacer si el problema lo tiene un/a compañero/a? El apoyo a los colegas no se puede basar en el encubrimiento de situaciones de riesgo. No actuar no ayuda. Es, de todas, la peor opción posible. La confianza y la complicidad entre iguales, así como la exigencia profesional, son la base para aconsejar al compañero enfermo y hablarle de la existencia de servicios especializados y confidenciales como los del PAIMM. Es importante que el compañero pueda conocer el programa, su filosofía y características, porque posiblemente esto favorecerá la confianza para dar el primer paso. En este sentido, sugerirle que acceda a la página web del programa (paimm.fgalatea.org) puede resultar eficaz para posteriormente contactar telefónicamente con el 93 567 88 56.
· ¿Qué hacer cuando el médico enfermo no quiere recibir la atención necesaria? Es importante intentar convencer al médico enfermo de la necesidad de conocer el PAIMM y contactar telefónicamente – 93 567 88 56 – lo más rápidamente posible. Sin embargo, puede persistir la negativa a recibir atención especializada, lo que aumenta el riesgo de mala praxis, e incrementa también los riesgos sobre la propia salud, con afectación del entorno laboral y familiar. Por lo tanto, es conveniente recordar el deber, según el Código Deontológico (artículo 101 y 102) que tiene cualquier médico conocedor de la situación del médico enfermo de comunicar el caso al secretario del Colegio de Médicos correspondiente.
· ¿Qué hacer cuando soy el médico de un médico enfermo? Debido a la naturaleza de las enfermedades que se tratan en el PAIMM, aunque resulta más difícil que la relación con el paciente sea la adecuada. Los contactos informales de pasillo o los contactos telefónicos ocasionales, las incomparecencias en la consulta y el incumplimiento de las prescripciones e indicaciones terapéuticas, hacen que el tratamiento, en la mayoría de casos, resulte poco eficaz o incluso contraproducente. Aconsejamos, por tanto, que si eres médico de un médico enfermo establezcas ya desde el inicio unas condiciones, unos criterios y un rigor que hagan sostenible la relación médico-paciente. Si aún así el médico enfermo no colabora en esta línea, y acaban surgiendo dudas importantes sobre los riesgos en su praxis, deberás comunicarlo al secretario del Colegio de Médicos correspondiente.