El Col·legi de Metges de Tarragona lamenta profundament la seva mort. La Junta de Govern del COMT vol transmetre el seu condol als familiars i amics.
Data neixement
20/09/1946
Data defunció
21/06/2025
Especialitat
Hematología
Jordi Boixadera nació el 20 de septiembre de 1946. Lo hizo en Casserres, una localidad de la provincia de Barcelona. Quizá sea este un dato que pueda parecer fruto de la casualidad, pero la realidad es que esa tierra a la que tanto amaba dejó una profunda raíz en él, hasta el punto de que el Berguedà y la montaña del Pedraforca se convirtieron en auténticos símbolos para un hombre que fue un gran catalanista y un enamorado del país que le vio nacer.
Jordi fue el mediano de tres hermanos y creció en el seno de una familia sin ningún antecedente de dedicación a la medicina. Y, sin embargo, aquel niño al que le encantaba leer, desarrolló pronto una profunda vocación por esta ciencia, que estudió en la Universidad de Barcelona. Allí, en la Facultad de Medicina, conoció a Rosa Maria Espax, una compañera con la que empezó a hablar en una clase práctica de Medicina Interna. Corría entonces el año 1969 y la relación entre ambos era tan buena que, apenas dos años más tarde, en 1971, cuando acabaron la carrera, se casaron.
Con la mochila cargada de ilusión, se fueron a ejercer como médicos rurales a Sant Feliu de Codines, un pueblo situado en el Vallès Oriental que, pese a su escasa distancia con Barcelona, ofrece un ambiente campestre muy distinto al que se respira en la gran ciudad. En aquel escenario rural nació, en 1972, el primer hijo del matrimonio, Francesc.
Al cabo de un año y medio, decidieron regresar a Barcelona, aun corriendo el riesgo de no tener trabajo. Jordi empezó en la escuela de Medicina Interna en el Hospital Vall d’Hebrón, pero se decantó finalmente por la especialidad de Hematología, al obtener una plaza como residente en el mismo Hospital Vall d’Hebrón, donde poco después consiguió ser adjunto. En aquellos años, en 1974, nació la segunda hija del matrimonio, Anna.
Poco después, a Rosa María, que se había especializado en Pediatría y posteriormente en Radiología Pediátrica, le hicieron adjunta en el Hospital Joan XXIII de Tarragona, adonde se desplazó a trabajar. Jordi seguiría los pasos de su mujer y un año más tarde trasladó su plaza del Hospital Vall d’Hebrón al Hospital Joan XXIII, afincándose la familia en Reus. Una familia que crecería con la llegada de Helena, la tercera hija del matrimonio.
Jordi ejerció su profesión con auténtica pasión, con esa devoción que solo conocen quienes han logrado que su vocación coincida con su trabajo. Quizá por eso, porque le encantaba lo que hacía, nunca mercantilizó la profesión y siempre puso al paciente por encima de cualquier otra cosa. Tanto, que incluso los trataba como si fueran de su propia familia, preocupándose mucho por ellos e implicándose en su sufrimiento, demostrando una gran empatía.
Así, Jordi Boixadera fue uno de los profesionales más queridos y respetados del Hospital Joan XXIII hasta que, a la edad de 62 años, tuvo que coger la baja por invalidez como consecuencia de la enfermedad de Parkinson que le aquejaba.
Fue un hombre con una extensa cultura, al que le gustaba leer y viajar, lo que hizo en numerosas ocasiones en compañía de su familia, visitando Grecia, Turquía y cualquier lugar donde pudiera imbuirse de historia y descubrir cosas interesantes.
Su otra gran pasión, junto al trabajo, fue la familia, a la que se dedicó con una gran devoción. Y, si bien él no tenía antecesores familiares en el campo de la Medicina, sí deja sucesores, pues tanto sus hijas Anna como Helena son doctoras, como lo es también una nieta, mientras que Francesc prefirió ser Ingeniero de Telecomunicaciones.
El mismo Parkinson que le impidió continuar con el ejercicio de su profesión acabó también con su vida el 21 de junio de 2025, dejando una gran tristeza por la pérdida de un hombre que vivió con gran pasión su profesión de médico y que permanece en el recuerdo de sus familiares, pacientes y de todos quienes tuvieron la fortuna de conocerle.
Por Álex Saldaña
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El més sentit condol. Una salutación afectuosa a la seva esposa Rosa (Expax) i la seva filla Helena.