Hasta 66 médicos voluntarios se han puesto en contacto con el Colegio Oficial de Médicos de Tarragona para hacer frente a la pandemia de Covid-19. 15 de ellos son jubilados.

En julio de 2018 el doctor Josep A. Bitria “colgó la bata” después de años de ejercicio profesional. Ahora, con 66 años, es el primer médico jubilado de la provincia de Tarragona que ha vuelto a trabajar como voluntario para luchar contra la pandemia del Covid-19. Lo hace llevando a cabo tareas de seguimiento y control de la infección entre los profesionales de la Red Sanitaria y Social de Santa Tecla.

– ¿Qué le empujó a hacerse voluntario?

Me planteé ser útil en los momentos en que fuera necesario durante la crisis del coronavirus. Este momento se presentó cuando lo hablé con el director de Xarxa Sanitaria y Social de Santa Tecla coincidiendo con la necesidad de reforzar el área de control de la infección entre los profesionales sanitarios.

– ¿Hace poco más de un año que se jubiló. Ha sido complicado “incorporarse” de nuevo a la vida laboral?

Aunque estaba ya disfrutando de lo que representa está libre de responsabilidades laborales, no me ha sido complicado “volver”. La colaboración y la ayuda de compañeros de siempre lo ha hecho fácil, eso, y como no, poner al día los conocimientos sobre el coronavirus y los procedimientos metodológicos.

– ¿Qué sensación tuvo el primer día que se incorporó a trabajar?

Lo cierto es que me pareció que no había transcurrido tiempo entre el último día y esta incorporación.

– ¿En qué centro está trabajando y qué tareas asistenciales está prestando?

Estoy ubicado en el CAP LLevant. Allí desarrollo tareas de seguimiento y control de la infección entre los profesionales de la Red Sanitaria y Social de Santa Tecla en el servicio de Salud Laboral.

– ¿Cuál es la imagen que se está encontrando estos días en el trabajo?

Coraje entre los profesionales, ganas de trabajar y también ansiedad por los acontecimientos en cierto modo inciertos. Eso sí, la prioridad absoluta es la lucha contra el coronavirus.

 

 

– ¿Cree que estamos haciendo bien las cosas?

Muy difícil contestar esta pregunta por la complejidad que conlleva una pandemia de este tipo.
A su efecto sobre la salud tendremos que añadir las consecuencias sobre la economía que afectarán también a la salud. Creo que ahora es prioritario la dotación de recursos para la protección de los profesionales y el combate contra la enfermedad.
Ahora mismo se está haciendo un esfuerzo importante en Tarragona para hacer frente a un previsible pico de la infección, como por ejemplo dotación de camas para UCI.

– La ciudadanía y los profesionales han reaccionado muy bien a la llamada de voluntarios. Usted es uno de ellos, ¿qué opinión le merece?

Ante situaciones de este tipo, suele darse el mejor de cada uno. Esto se nota en la colaboración ciudadana con las medidas de confinamiento y con sus expresiones de ánimo y la voluntad de participación de profesionales de todo tipo, no sólo de sanitarios.

– ¿La figura del médico jubilado voluntario puede ayudar a aliviar la situación de presión de los hospitales y CAPs del territorio?

La afectación de la infección entre los profesionales sanitarios puede ir agravando las plantillas de los centros y su movilidad. En algunos de estos centros ya es así.
Evidentemente, la participación de los voluntarios sería de gran ayuda aunque se tendría que evaluar caso por caso y el lugar donde se sitúa el profesional teniendo en cuenta que la edad es un factor de riesgo.

– Si tuviera que decir lo mejor y lo peor de esta situación que estamos viviendo, ¿qué sería?

Lo mejor es la generosidad y solidaridad de la gente. El ser, de repente, conscientes de que vivimos con otras personas y que sin ellas no existiríamos.
Lo peor es el dolor y la muerte.