Un total de 175 personas solicitaron la prestación de ayuda para morir en Cataluña durante 2022 y se realizaron 91 prestaciones

Por segundo año consecutivo, la mayoría de las solicitudes recibidas por la Comisión de Garantía y Evaluación de Cataluña procedían de la atención primaria (114) y de los centros hospitalarios (51)

El Departamento de Salud valora satisfactoriamente la respuesta del sistema a la aplicación de la Ley orgánica de regulación de la eutanasia (LORE) que garantiza en Cataluña el derecho de los ciudadanos a recibir la prestación de ayuda para morir (PRAM). Cuando se cumplen dos años de la aplicación de la LORE, Cataluña ofrece una respuesta sistemática, equilibrada y garantista a una demanda de la sociedad actual.

En la misma línea se expresa la Comisión de Garantía y Evaluación de Cataluña (CGAC), que es el órgano independiente cuya finalidad es garantizar la correcta aplicación de la LORE en el país. La CGAC subraya que la aplicación de la ley ha sido satisfactoria en Cataluña, pese a la complejidad de la norma, y ​​destaca también que da respuesta a una necesidad social largamente demandada y que se va consolidando como una prestación más del sistema sanitario.

Durante 2022, un total de 175 personas solicitaron la prestación de ayuda para morir y se realizaron 91 prestaciones, siguiendo el procedimiento que establece la Ley de la eutanasia.

De las 175 personas que lo pidieron, 55 fallecieron antes de concluir el procedimiento, 12 solicitudes se informaron desfavorablemente, 3 se aplazaron, 1 se revocó y 13 solicitudes, -a fecha 31 de diciembre de 2022-, continuaban los trámites para verificar el cumplimiento de los requisitos previstos por la LORE. En promedio, las solicitudes han tenido un tiempo de resolución de 42 días.

Por regiones sanitarias, cerca de 7 de cada 10 prestaciones se produjeron en la Región sanitaria de Barcelona, ​​concretamente el 67,0%.

Prestaciones realizadas de ayuda para morir durante el año 2022 por regiones sanitarias:

Por género, de las 175 personas que solicitaron la PRAM en 2022, el 41% eran mujeres y el 59% hombres. La edad media de las mujeres que finalmente recibieron la prestación era de 73,80 y la de los varones 73,12.

La mayoría de las solicitudes que recibió la CGAC procedían de la atención primaria (114), seguidas de los centros hospitalarios (51), 8 de la atención intermedia (sociosanitaria) y 2 de residencias. Sin embargo, este ámbito no siempre coincide con aquél donde finalmente se hace la prestación.

Las personas que solicitaron la PRAM sufrían mayoritariamente patologías neurológicas, que representan un 36,0% del total, seguidas de las patologías oncológicas, que representan un 34,85%, y, a mayor distancia, personas que sufrían un contexto de multimorbilidad y fragilidad avanzada, y enfermedades respiratorias.

La mayoría de las personas que recibieron la PRAM sufrían enfermedades de años de evolución que afectaban en mayor o menor grado a su autonomía funcional y les ocasionaban una alta dependencia, que hacía necesaria la asistencia de otras personas para la higiene , la alimentación y otras actividades básicas de la vida diaria. Además, en ocasiones su capacidad de relación y comunicación también estaba gravemente afectada.

El número de profesionales sanitarios que se han acogido al derecho a objetar en conciencia la práctica de la eutanasia y se han inscrito en el Registro de objetores de conciencia no impacta en la prestación y no ha dificultado que las personas que han licitado la prestación la pudieran recibir.