Con motivo de la creación del Anuario COMT 2021, el encargado del espacio de Memoria histórica del COMT, el doctor Josep Giné, preparó un extenso artículo para dar a conocer y poner de manifiesto la figura de este científico tan relevante de nuestro territorio.

El Colegio de Médicos de Barcelona nombró el 2021 como ‘el año Jaume Ferran i Clúa’. Con el empujón de la directiva y la dinámica especial de en Miquel Bruguera, se hicieron una serie de actuaciones en el camino de mostrar a la sociedad la figura de este catalán universal que, en su momento, no consiguió llegar al alma de la gente de nuestro país.

El 16-10-2021 se celebró una jornada a Tortosa en memoria de esta figura. El Colegio de Tarragona, adhiriéndose a esta iniciativa por decisión del presidente, Sergi Boada y ratificada por Junta de Gobierno, decidió otorgarle la Cruz de los Santos médicos Cosme i Damià, la máxima distinción a título póstumo, siendo la primera vez en la historia de esta entidad que se hace esta concesión.

Compilación histórica

Museu d’Història de la Medicina de Catalunya (MHMC)

El Dr. Ferran nació en Corbera d’Ebre, de donde su padre era el médico. De pequeño, vivió en Mòra d’Ebre y en Tortosa y estudió la licenciatura de Medicina y Cirugía en la Universitat de Barcelona, donde se licencia el 1873. Empezó a ejercer a Pla del Penedès durante unos meses y el 1874 se establece como médico titular y oftalmólogo a Tortosa hasta el 1887. Antes, el 1880, ya decidió dedicarse a la bacteriología.

Fue condiscípulo con el pintor Francesc Gimeno, el cual lo reencuentra a Tortosa. Hicieron amistad y hacían salidas para pintar paisajes. Ferran lo continuó haciendo toda la vida, por cierto, con mucha traza.

Ferran hizo amistad con el ingeniero químico Innocent Paulí y estudió fotografía con él y aprendió fotomicrografia médica. Publicaron ambos, el 1879, el libro La instantaniedad en fotografía, en que describía un procedimiento basado en una emulsión de bromuro de plata y gelatina, que años después motivaría un ruidoso pleito entre las empresas Young y Kodak. De mente inquieta, corría el 1878, tan solo dos años después de la primera comunicación de Graham Bell, cuando Ferran consiguió, en colaboración con su amigo Paulí, una comunicación telefónica entre Tortosa y Tarragona empleando aparatos de construcción propia.

En 1880 conoce en Tortosa al ingeniero y geólogo José Joaquin Landerer, el cual le regala un microscopio y lo estimula para que se dedique a la investigación. Desde la biblioteca de este personaje, seguía puntualmente los trabajos de Louis Pasteur en París a través de sus comunicaciones con la Academia de las Ciencias de París (serie ‘cuentes rendus’). Sus investigaciones continúan y empieza investigando el tracoma. Paralelamente, se interesa por los estudios de Pasteur, a quienes sigue con su técnica para preparar vacunas contra el mal rojo del cerdo y el carbunclo.

El 1884 estalla una epidemia de cólera en las ciudades de Marsella y Toló y el ayuntamiento de Barcelona envía a Ferran con una comisión de médicos. Allí, investiga el embrión colérico y consigue una vacuna eficaz con los conejos inoculados por vía subcutánea, con vibrió colérico. Este mismo año – 1884 – presenta una memoria que titula Estudios sobre el cólera a la Academia de Ciencias de Madrid al alcalde de Barcelona y a Robert Kock. Tuvo varios contactos con Kock y sobre todo, con Louis Pasteur, del que era un ferviente y entusiasta defensor. Pero, al ser este un personaje de prestigio mundial, tuvo un episodio curioso:

En diciembre de 1888, la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona, dirigió un escrito a la Academia de Ciencias de París, que decía el siguiente:

‘Sr. Presidente:

‘La Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona, que desde 1885 siguió paso a paso, teórica y experimentalmente, todos los estudios y ensayos del Dr. Ferran acerca de la profilaxis del cólera morbo asiático, que prohijó las conclusiones de dichos estudios y aceptó los resultados de los experimentos, se ha enterado, a su debido tiempo, de la nota del Dr. Gamaleïa sobre el mismo asunto, presentado por el ilustre Mr. Pasteur a esa sabia Corporación en veinte del próximo pasado agosto, y no ha podido menos de admirarse de la importancia, de la novedad científica que se le ha querido dar a un trabajo cuyas conclusiones parecen en su casi totalidad calcadas a las del Dr. Ferran.

‘Permitidnos, Sr. Presidente presentar en concurso paralelo las mencionadas conclusiones, sacadas del texto de la nota del Dr. Gamaleïa y del resumen de las notas y publicaciones del Dr. Ferran.’

Signado, Dr. B. Robert, presidente, y el Dr. Suñé y Solist, secretario perpétuo.

Revista La Medicina Contemporánea. (1887-1889).

Que cada cual saque sus conclusiones.

Otra epidemia – en València – le permite ensayar la vacuna contra el cólera en humanos al ser llamado por Amali Gimeno, profesor de la Facultad de Medicina de València. De más de 30.000 personas vacunadas, enferman muy pocas. El éxito genera celos en una parte de los médicos valencianos, hecho que impidió que el gobierno autorizara la continuidad de la vacunación. 130.000 personas no vacunadas, murieron.

Museu d’Història de la Medicina de Catalunya (MHMC)

Durante el 1892 lleva a cabo con éxito una campaña de vacunación contra el mal rojo del cerdo y, en 1899, estudia la posibilidad de obtener una vacuna contra la peste bubónica. Además, escribe una ‘Memoria sobre el parasitismo bacteriano’, que recibe el premio de 1894 de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Madrid, con su defensa sobre la teoría de la contagiosidad animal como origen de las enfermedades infecciosas.

El 1907, la Academia de Ciencias de París, reconoce Ferran con el premio Bréant, por la eficacia de la vacuna, utilizando por primera vez inmunización activa de humanos con una vacuna bacteriana.

Reflexiones

Ferran fue un médico científico de altísimo nivel y un biólogo, bacteriólogo e investigador reconocido en todo el mundo. Además, fue polifacético destacando como pintor, fotógrafo y diseñador.

Hace falta que os diga que, en mi ignorancia, yo conocía muy poco del Dr. Ferran además de ser el descubridor de la vacuna del cólera. Ha sido esta iniciativa la que me ha permitido conocer la magnitud del personaje y la importancia de sus estudios y descubrimientos que han tenido un eco científico internacional.

Ferran, personaje controvertido, sagaz, atrevido, valiente, inteligente y hábil se atrevió a fabricar vacunas a partir, muchas veces, de inocularse personalmente bacterias vivas, y hacerlo también a sus hijos, esposa y colaboradores. Activista activo de sus proyectos, tuvo detractores que hicieron tambalear una trayectoria que no abandonó.

La enemistad que tuvo con Santiago Ramón y Cajal y Ramón Turró, documentada en varios medios, quizás hay que entenderla con intereses profesionales al lograr la dirección del Laboratorio Municipal barcelonés, hecho que consiguieron arrebatarle.

Algunas de las vacunas en qué trabajó Ferran y de los que obtuvo éxitos mayores o menores, fueron:

  • El cólera
  • El tracoma
  • La erisipela –mal rojo- del cerdo
  • La fiebre amarilla
  • El carbunclo
  • La rabia
  • La pesta bubónica
  • La fiebre tifoide
  • La tuberculosis –alfa-
  • La difteria
  • El sérum antitetánico

¿Qué ha sucedido para que al ser un personaje conocido y estimado por todas partes, se haya prácticamente olvidado su nombre?

A pesar de tener una gran cantidad de calles dedicadas y monumentos erigidos en las ciudades y pueblos de Cataluña y de España, nos falta un elemento sólido de comunicación social para que la sociedad valore la grandiosidad del personaje. Sería importante, quizás, que diera nombre a algún tipo de institución sanitaria ¿Nos ponemos?

Josep Giné i Gomà

Doctor en Medicina i Cirurgia

Traumatòleg

Col·legiat 489