La importancia de trabajar con los familiares en un proceso de muerte y la mejora de la atención a la Hepatitis C crónica en pacientes han sido los trabajos ganadores de esta tercera edición. El premio honorífico ha recaído en la figura del Dr. Ignasi Sanpera Rosiñol.

 

En un año atípico y donde la Covid ha alterado la vida de nuestra sociedad, los Premios Battestini también tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad. El Presidente de la Academia de las Ciencias Médicas de Tarragona, el Doctor Benages, fue el encargado de abrir esta tercera edición explicando los motivos por los que la Institución había decidido hacer entrega de los premios a los galardonados manteniendo todas las medidas sanitarias establecidas y sin superar el límite de aforo permitido.

Sin embargo, el Doctor Benages quiso poner el énfasis en el hecho de que, a pesar de ser una edición excepcional, la finalidad de estos galardones sigue siendo la misma: la mejora en la calidad sanitaria y hospitalaria de la provincia de Tarragona. En este sentido, los premios Battestini son y deben ser unos premios a la excelencia, al buen trabajo así como un incentivo para seguir implementando la investigación en el Camp de Tarragona y las Tierras del Ebro.

 

Premio Battestini de Honor

El primero de los galardones que se entregaron fue el Premio Battestini de Honor que, este año fue póstumo y recayó en el doctor Ignacio Sanpera Rosiñol.

La figura de este traumatólogo, con una dilatada experiencia y un gran legado fueron algunos de los motivos por los que el Jurado del premio otorgaron el galardón.

El Dr. Ramon Huguet, compañero de trabajo del Dr. Sanpera habló de la figura de este gran profesional destacando su implicación y la continua preocupación por “mantener el servicio al corriente de las últimas tendencias tanto en el ámbito técnico, como en el organizativo”. Asimismo, puso de manifiesto el gran trabajo que, como jefe de servicio, llevó a cabo alabando su figura y destacando que “nunca le supo mal tener a su alrededor a gente brillante. Siempre decía que gran parte de lo que sabía provenía del equipo que lo rodeaba. Esto sirvió de motivación a todo el equipo. Basta con mirar la carrera profesional de muchos de sus discípulos”.

Otro compañero de trabajo y amigo del Dr. Sanpera asistente al acto, el Dr. Pep Giné, también destacó el papel ejemplar de este gran profesional y que, en sus palabras, “fue el revolucionario de la especialidad. Nos formó a toda una serie de especialistas durante su vida profesional. Más de cincuenta repartidos por todo el territorio español. Todos lo guardamos un respeto imponente”.

De izquierda a derecha: el Presidente de la ACMT, el Dr. Jaume Benages; el hijo del Dr. Sanpera, el Dr. Ignasi Sanpera y el Presidente de l’ACMCiB,el Dr. Joan Sala.

El hijo del Dr. Sanpera, médico especialista en pediatría y venido desde Mallorca, fue el encargado de recoger la estatuilla honorífica. El Dr. Sanpera hijo tuvo grandes palabras de agradecimiento hacia la Academia por el galardón otorgado a su padre así como por los compañeros de trabajo que hablaron previamente alabando la labor de este profesional. Sin embargo también alabó el trabajo y la huella que ha dejado su padre en el mundo de la sanidad en Tarragona.

Y siguiendo con la tercera edición de los Premios Battestini, fue el momento de entregar el Premio a la mejor unidad asistencial hospitalaria.

El proyecto ganador fue la ‘Implementación de un programa de intervención a la familia involucrada en un proceso de muerte de un familiar en un servicio de Urgencias Hospitalarias’, realizado por las doctoras Carmen Barbis, Ana Condón, Anna Falco, Mónica March, Anna Palau y M. Carmen Boqué. Se encuentra a continuación de forma resumida y se puede descargar a través del enlace.

 

Premio Battestini a la mejor unidad Asistencial Hospitalaria 2020

¿Las personas que pierden por muerte un ser querido, necesitan ayuda de consejeros y/o terapeutas?

¿La intervención de estos facultativos supone realmente una ayuda a hacer frente al duelo?

Estas son preguntas que han sido objeto de intenso debate y en las que se ha dedicado mucho tiempo realizando investigaciones empíricas bien importantes.

Los cambios sociales que se producen constantemente, afectan tanto a personas solas como aquellas integradas en familias, influyendo en las relaciones entre ellas. Esta es la razón por la cual cuando un familiar muere, los familiares que quedan, se enfrentan al dolor de la pérdida. De alguna manera también se dan o pueden darse situaciones críticas en aquellos casos de persona solas que solo tienen amigos o incluso tan sólo el personal sanitario que los atiende o ha atendido.

Estas situaciones conllevan una gran carga emocional, es decir, lo que se conoce como el duelo. Las personas que sufren el duelo lo pueden hacer de formas diferentes manifestándose con cambios del estado de ánimo (tristeza, depresión, angustia…) y con alteraciones vegetativas (alteraciones del ritmo sueño/vigilia, de la tensión arterial, alteraciones metabólicas asociadas a la alimentación… Alteraciones diversas del sistema nervioso autónomo). De modo que el duelo tiene o puede tener un impacto sobre la salud muy importante. En este sentido, se tienen evidencias de que la intervención de los médicos, de un psicólogo u otros, ejerce o puede ejercer una influencia muy positiva en cuanto a la adaptación y superación del duelo.

De izquierda a derecha: el Presidente del jurado, el Dr. Pere Mestres,el Presidente de la ACMT, el Dr. Jaume Benages, las Doctoras Carmen Berbis y Ana Condón y el Presidente de la ACMCB, el Dr. Joan Sala.

En los años 60 en la Universidad de Harvard se llevaron a cabo proyectos en los que se desarrollaron programas de acción cerca de personas en duelo (Widow-to-Widow Program dirigido por Phyllis Silverman y Gerald Caplan del Laboratory of Community Psychiatry de la Harvard University de 1964 to 1974). En estos estudios se dio mucha importancia a la evaluación de la eficacia de las medidas tomadas, lo que exigió una configuración en grupos experimentales definiendo los tratados y los no tratados, es decir, los grupos de control, lo que permitió y permite también actualmente análisis comparativos que vierten una evaluación cuidadosa de los resultados.

Como ya se ha apuntado antes un aspecto importante son las relaciones humanas y los cambios que experimentan en relación con la evolución de la sociedad, es la razón por la que estas relaciones se modifican en el transcurso del tiempo. Aparte tenemos que las causas por las que se producen las defunciones también varían. Por ejemplo, actualmente con la pandemia de Covid-19 y los requerimientos de separación de las personas prescritos por Sanidad y la administración pública, condicionan situaciones muy diferentes de las conocidas hasta ahora. La soledad de los enfermos dentro del espacio hospitalario ha hecho que estas personas sólo tengan la compañía de un sanitario, y se sabe como los sanitarios se han visto afectados incluso desbordados emocionalmente bajo estas circunstancias.

El trabajo titulado: “Implementación de un programa de intervención a la familia involucrada en un proceso de muerte de un familiar, en un Servicio de Urgencias Hospitalarias”, liderado por las doctoras Carmen Berbis y Ana Condón, encuadra perfectamente en esta temática debido a la clara exposición de objetivos, plan de trabajo y resultados, ha merecido el Premio Battestini 2020 en la rama “Medicina Hospitalaria”.

 

CONSULTA EL PROYECTO AQUÍ  

 

Y el último galardón de la jornada fue a la mejor Unidad Asistencial en Atención Primaria. Los autores, los doctores Jordi Daniel y Juan Carlos Quer, presentaron el proyecto ‘Microeliminació de hepatitis C crónica en pacientes del Camp de Tarragona (mayo 2018-mayo 2020)’.

El trabajo se encuentra a continuación de forma resumida y se puede descargar a través del enlace.

 

Premio Battestini a la mejor Unidad Asistencial en Atención Primaria 2020

La hepatitis C es causada por el VHC (= virus de la hepatitis C) y según estimaciones recientes, unos 185 millones de personas en todo el mundo están infectadas con este virus, de las que unas 350.000 cada año mueren. De acuerdo con previsiones sólidas, se prevé que en un tercio de los infectados el proceso se hará crónico, vertiendo el cuadro clínico en una cirrosis hepática o en un carcinoma hepato-celular.

Es notable que gran parte de las personas infectadas desconocen que lo están, lo que puede ser causa de negligencia o descuido en el momento de hacer un diagnóstico porque no buscan al médico y consecuentemente del inicio del tratamiento. Afortunadamente hoy en día se dispone de medios terapéuticos contra la hepatitis C muy efectivos, pero que desgraciadamente no son accesibles a todo el mundo, existiendo diferencias importantes entre los países según su nivel económico. En este sentido la hepatitis C se distingue de otras infecciones virales crónicas, como el SIDA, que en el caso de la hepatitis existen tratamientos capaces de curarla.

La importancia que tiene este proceso patológico se puede entender muy bien si tenemos en cuenta la concesión de los premios Nobel de medicina de este año, que han premiado los tres científicos que descubrieron en los años 80 el virus de la hepatitis C y desarrollaron métodos analíticos moleculares para detectar su presencia en la sangre de los enfermos y, además, caracterizaron el virus genéticamente, un paso básico para creación de medicamentos antivíricos (agentes antivirales). El tratamiento de la hepatitis C es un espacio en rápida evolución, tanto en el ámbito médico como en el ámbito farmacológico, avances a los que ha contribuido los tres premiados con el Nobel que son americanos Harvey Alter y Charles Rice y el británico Michael Houghton. Toda la información facilitada anteriormente, da idea de la importancia médica y epidemiológica de esta enfermedad.

De izquierda a derecha: El Presidente de la ACMT, el Dr. Jaume Benages; el President del Jurado, el Dr. Pere Mestres; los Doctors Juan Carles Bel y Jordi Daniel; el Presidente de la ACMC, el Dr. Joan Sala.

El trabajo que ha sido premiado con el premio Battestini 2020 se mueve en un plano muy importante, cercano a la asistencia a los enfermos. Se trata del desarrollo y aplicación de medidas asistenciales a los pacientes de hepatitis C de la región del Campo de Tarragona. Los autores obviamente se han inspirado en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de julio de 2018, y las han adaptado haciendo posible su aplicación en nuestra región. Se recomiendan análisis (se necesita una elevada capacidad de laboratorio) para identificar a las personas afectadas de VHC, confirmación del diagnóstico de hepatitis crónica y una atención esmerada determinante por ejemplo el consumo de alcohol y asesorando para reducirlo. Para el tratamiento se dispone actualmente de fármacos muy efectivos pero muy costosos (interferón pugilato, ribavirina…), lo que hace que el número de personas que se tratan sea reducido especialmente en países con bajo poder económico. También se requiere una tipificación genética de los pacientes, lo que es esencial a la hora de elegir los antivirales que puedan ser más efectivos.

Los autores del proyecto premiado han contado para su labor con dos columnas de apoyo principales: primera con el diagnóstico y segunda la terapia o tratamiento de la enfermedad. Tanto una como la otra han hecho necesaria la puesta en marcha de un proceso formativo de médicos y personal sanitario de tal modo que cada centro de asistencia primaria pudiera disponer de referentes de esta enfermedad.

La tarea iniciada ha que seguir adelante, ya que los resultados obtenidos subrayan la bondad del trabajo hecho, representando el premio una modesta pero merecida ayuda y reconocimiento.

 

CONSULTA EL PROYECTO AQUÍ