Además, el informe destaca que los recortes directos que ha sufrido el sector sanitario desde el año 2009 alcanzan los once mil euros al año (17,9%), que junto a otros recortes indirectos, aumento de impuestos, inflación y otros aspectos han supuesto pérdidas de poder adquisitivo que superan el 20% y que en casos particulares superan el 35%, cifra que puede superar los 20.000 euros/año. En el caso concreto de la transformación de los contratos, en contrataciones precarias a tiempo parcial -75% o menos-, han superado el 50% para muchos médicos jóvenes. Por este motivo, la vocalía de atención primaria reclama un pacto de Estado para la salud que incremente el porcentaje del PIB dedicado a la sanidad, como mínimo el 1%, y especialmente en atención primaria. “De otro modo será muy difícil atender al incremento del gasto que supone el crecimiento y el envejecimiento de la población, la expansión de la cartera de servicios y la necesaria recuperación de las condiciones del ejercicio de la profesión”, afirma el texto.
El informe distingue entre cuatro tipos de médicos de atención primaria urbanos, que representan a los profesionales al comienzo de su carrera profesional – sin plaza fija, exclusiva y sin exclusividad-, en la etapa media de su carrera, propietario con 40 años o más y en la etapa final, propietario con unos 55 años o más. Podéis consultar el estudio completo aquí.
Pérdida salarial de los médicos de hospital
Las diferencias retributivas también son significativas entre los médicos de hospital, tal y como demuestra un documento similar publicado por el centro de estudios de Sindicato Médico de Granada. En este caso, la variación en la retribución bruta entre máximos y mínimos puede llegar a superar los 1.600 euros al mes, en cifras absolutas, y más del 61%. En algunos casos, las diferencias en la retribución neta también puede llegar a superar los 24.00 euros/año, como se puede observar aquí.
El texto también destaca que entre el año 2009 y el 2914, los médicos de hospital que no realizan guardias han padecido un conjunto de recortes que se traducen en la pérdida directa de más de 8.000 euros/año (más del 12%), cifra muy superior a la de los demás trabajadores públicos.