El tabaquismo puede considerarse nuestro principal problema de salud pública y, a pesar del descenso de la prevalencia de fumadores, sigue siendo una importante causa de morbilidad y mortalidad prematura.
Hoy nos enfrentamos a una devastadora pandemia mundial causada por un virus, el SARS-Co-2, que, en solo seis meses, ha provocado más de 10 millones de casos confirmados de COVID-19 y más de 500.000 muertes.
La mortalidad por COVID-19 es mayor entre las personas con enfermedades preexistentes, incluyendo enfermedades no transmisibles (ENT) como las cardiovasculares y las respiratorias crónicas, el cáncer y la diabetes. Y sabemos que el consumo de tabaco es el principal factor de riesgo común vinculado a todas estas enfermedades. De hecho, en cuanto a la relación entre fumar y la progresión de la COVID-19, la evidencia actual nos indica que fumar se asocia con su progresión negativa y con resultados adversos, conllevando un riesgo 1,45 veces más alto de desarrollar una forma grave de los síntomas que en personas no fumadoras. Por otro lado, la OMS advierte que hay una creciente evidencia de que el consumo de cigarrillos electrónicos produce efectos secundarios en los pulmones, corazón y vasos sanguíneos, y ello podría aumentar el riesgo de complicaciones severas por Covid-19.
Tal como dice la OMS “nunca ha habido un momento más apropiado para apoyar a sus ciudadanos en sus esfuerzos por abandonar el consumo de tabaco. También debemos proteger, en la medida de lo posible, los avances que hemos logrado en la lucha contra el tabaco, incluso en tiempos difíciles como estos” [Declaración de la Jefa de la Secretaría del Convenio marco de la OMS para el control del tabaco (FCTC), Dra. Adriana Blanco Marquizo, 4 de mayo de 2020]-
Esta afirmación cobra aún mucho más sentido cuando es la propia OMS la que nos recuerda que “las situaciones de emergencia complejas pueden conllevar un aumento del consumo de tabaco, de la adicción y del riesgo de enfermedades conexas”.
La pandemia nos ha obligado a variar la manera en que prestamos los servicios de salud, haciéndose más necesario el incorporar a la asistencia diaria los recursos digitales que minimizan el contacto personal cuando no es estrictamente necesario. En este campo existe una necesidad formativa evidente a la que creemos debe darse una rápida respuesta para facilitar el cambio en la gestión clínica que los profesionales de la salud necesitan en este momento de manera que adquieran las habilidades digitales necesarias.
Entre los recursos digitales consideramos primordial la utilización las plataformas POC (point of care) que digitalizan la información/formación del paciente de manera que éste recibe la información digital, en formato video, adecuada, prescrita por sus profesionales con el objetivo de empoderar al paciente y mejorar tanto los resultados en salud como la experiencia vivida. Es por ello que el curso tiene como partner a la plataforma DigimEvo, experta en desarrollo e implementación de estos sistemas.
Es en este contexto queremos impulsar un Plan Integral, que contemple a todas las partes implicadas en sistema y utilice las nuevas tecnologías para dar un impulso renovado a la cesación tabáquica y que al mismo tiempo, facilite la labor del consejo médico
Dirección Académica: Dra. Joima Panisello (Digimevo) y Dr. Jesús Lozano (FFOMC).
Coordinación Académica: Dra. Amelia Carro (Digimevo) y Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC).
Data de inicio: 25 de Abril de 2021